Llega el buen tiempo y empezamos a cambiar la ropa de los armarios, las mangas largas empiezan a quedar al fondo del armario y los pantalones cortos y faldas empiezan a sustituir los largos. Llega el momento de enseñar brazos y piernas y estas ultimas suelen ser más problemáticas, sobre todo en mujeres.
Durante el invierno solemos prestarle menos cuidados, al menos yo, en mi caso la hidratación en invierno es prácticamente inexistente, algo que no es nada recomendable y claro, ahora llegan las prisas.
Para empezar a preparar la piel lo mejor es empezar con una buena exfoliación, retirará la piel muerta, ayudará con esos pelitos enquistados y dejará la piel receptiva para darle esa hidratación que pide a gritos.
Exfoliación
¿Conoces las sales Epsom?
Son un aliado perfecto para exfoliar la piel, ya que no solo realiza a la perfección esa labor, sino que además gracias al magnesio desinflama la musculatura.
Pon en un botecito un puñado de Sales Epsom y añade el aceite que más te guste hasta crear una pasta, puedes usar algún aceite esencial para hacer más agradable aun el tratamiento, pero ten cuidado con aquellos que son fotosensibles, como por ejemplo el de limón.
En la ducha, con la piel húmeda, realiza un suave masaje con la mezcla anterior, notarás el efecto de las sales combinada con la textura que deja el aceite, una autentica delicia.
¡Aprovecha y realiza un masaje por todo el cuerpo! Una vez acabado con las piernas, usa el sobrante en el resto del cuerpo, un auténtico tratamiento spa sin salir de casa :)
Luego simplemente retira con agua y seca a toquecitos, notarás la piel aterciopelada gracias al aceite, secando a toquecitos retiraras solo el exceso y la piel podrá seguir nutriéndose con esa suave capa que no retiramos.
Una vez tenemos la piel exfoliada y preparada, llega el momento de un cuidado diario, aquí puedes recurrir a tu crema de confianza, crear tu propia crema hidratante, o simplemente aprovechar un ingrediente que nos da la naturaleza, el Aloe Vera.
Puedes usar el gel directamente de la planta, si la tienes en casa (recuerda dejarla la noche anterior en remojo para que suelte toda la aloína) o también puedes adquirir directamente el jugo de él.
Puedes encontrarlo en dos tipos de formatos, en gel o líquido, este último puedes usarlo mediante un rociador en spray o bien añadir un gelificante para obtener una textura gel.
Hidratación diaria
Por las mañanas, aplica Aloe Vera en tus piernas, las refrescarás a la vez que las hidratas.
El Aloe Vera es rico en Vitaminas A, C, E y del grupo B, así como también aporta una serie de minerales que cuidarán y protegerán tu piel. Puesto que es un ingrediente acuoso, no te dejará una sensación grasa en la piel, por lo que no te resultará para nada incomodo usarlo durante el día. ¿Quieres un truco? Lleva contigo un spray con aloe vera puro, y cuando sientas las piernas cansadas rocíate un poco. También puedes rociarlo en la cara para refrescarte a la vez que hidratas.
Es importante hidratar a diario, pero hay pieles, como la mía, que necesitan cuidados extra.
Mi piel es seca, y en la parte baja (de rodillas a talón) se me crean costritas, lo que yo llamo piel de serpiente. Esto solo me pasa en verano, cuando llega el clima seco, pero visualmente no me agrada nada, y a la mínima que me rasco… se queda la marca de las uñas.
Uno de mis principales objetivos del verano es eliminar esa zona tan seca, ya que durante los meses de calor siempre las llevo al aire y soy una persona a la que le gusta tomar el sol, ¿mi remedio? Un masaje con Manteca de Karité por la noche.
Rutina nocturna
Después de un largo día de trabajo y calor, lo que más apetece es llegar a casa, darse una ducha fresquita, ponerte cómoda y relajarte. Cuando me pongo el pijama, me gusta aplicar Manteca de Karité en las piernas mediante un masaje, relaja la zona y aporta una gran nutrición a la piel. Después de aplicarla durante dos o tres noches, ese efecto escamoso desaparece de mi piel, es algo que realmente me ayuda.
La manteca va a dejar una película oleosa en la piel, que se irá absorbiendo durante la noche, pero si no te agrada esa sensación, puedes usar un aceite que no deje sensación grasa en la piel, como por el ejemplo el Aceite de Jojoba que al aplicarlo se absorbe muy bien y deja un tacto seco. Por cierto, ¿sabías que el aceite de Jojoba no es un aceite, si no una cera? Como curiosidad te contaré que donde yo vivo, en invierno hace mucho frio, y se me vuelve sólido, tengo que dejar el bote un ratito en las manos para que funda (se funde a 7ºC) sin embargo es uno de los ingredientes más afín a nuestra piel.
Realizando estos pasos, vas a conseguir que tus piernas se vean perfectas en cuestión de días.
Para reforzar estas rutinas, es importante que en la ducha uses un gel suave, sin sulfatos que resequen la piel, que no la frotes con la toalla y que la protejas del sol.
Luce tus piernas sin miedo, sean como sean, y pisa fuerte allá donde te lleven.
Hacer cosmética natural y casera tiene muchas ventajas: obtener un producto adaptado a ti y a las necesidades de tu piel y cabello, eliminar tóxicos de cosméticos tradicionales e ingredientes innecesarios, conocer cada ingrediente de la fórmula, reducir plásticos y, además, disfrutar de un buen rato potingueando.
Sin embargo, es importante seguir ciertos pasos para que el proceso de elaboración sea seguro y no te cause reacción alérgica o irrite tu piel:
- Desinfecta los utensilios, envase y mesa de trabajo antes de empezar. ¡Se tarda sólo 1 minuto!
- Utiliza guantes, mascarilla y gafas en aquellas elaboraciones que lo requieran.
- Haz una medición de pH de la elaboración final para asegurarte de que está en el rango correcto. Puedes corregirla fácilmente. Sube el pH utilizando un álcali como el bicarbonato. Bájalo con una solución ácida. Por ejemplo unas gotas de ácido láctico o ácido cítrico.
- Hay que probar la elaboración siempre en una zona reducida de la piel para comprobar que no hay ninguna reacción adversa.
- Utiliza los ingredientes en su dosis correcta. La indicamos en todas las páginas de producto. Si tienes dudas sobre alguno, pregúntanos! ♥ No nos hacemos responsables del mal uso de los productos y de la incorrecta dosificación de los mismos en las elaboraciones.