La manteca de karité es un ingrediente de origen natural muy aprovechado en cosmética debido a sus fantásticas propiedades. ¿Todavía no las conoces? En ese caso, no te pierdas este artículo. Te contaremos todo lo necesario para que puedas beneficiarte de este producto al máximo.
En este enlace tienes nuestra Manteca de karité pura, y en este nuestra Manteca de karité desodorizada.
¿Qué es la manteca de karité?
Como su nombre indica, esta manteca se extrae del árbol que le da nombre: el karité. Se trata de una especie que crece en ciertos países del continente africano, como es el caso de Sudán, Malí, Costa de Marfil o Burkina Faso. Este árbol proporciona un tipo de fruto seco, parecido a la nuez, y que contiene almendras blancas en el interior. Estas almendras son sometidas a diversos procesos de triturado y ebullición que dan lugar a la manteca de karité pura.
Debes saber que se trata de una sustancia untuosa totalmente comestible y muy utilizada en la cocina local de los países anteriormente citados. Su composición se basa principalmente en ácidos grasos, como el linolénico, linoléico, esteárico o el oléico. Como puedes deducir por estos datos, una de sus principales propiedades es la hidratación.
Propiedades y beneficios
Como acabamos de mencionar, posee un gran poder de hidratación y nutrición y se encarga de protegernos frente a la sequedad y la deshidratación. También contribuye a mejorar la suavidad y elasticidad de nuestra piel. Pero esto no es lo único que puede hacer por nosotros:
- Reduce las arrugas y líneas de expresión. Un efecto directo de esa hidratación que te contamos es que al evitar que la epidermis se seque, evita la aparición de las arrugas y líneas de expresión, así como otras imperfecciones de la piel como las estrías y las cicatrices.
- Tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes. De esta forma, es ideal para tratar irritaciones y picores que pueden surgir en la piel. Se convertirá en tu mejor aliado para combatir psoriasis, eccemas y dermatitis.
- Al ser rica en antioxidantes gracias a las vitaminas A y E, proporciona una gran protección frente a los radicales libres. Estos radicales libres actúan en las células de la piel provocando el envejecimiento prematuro de la misma.
- Sirve de protección contra los rayos solares y el frío. Ten en cuenta que no puedes usarla sola para protegerte del sol, eso es algo que debes hacer con filtros de protección solar. No obstante, el karité se encarga de ofrecer una protección adicional.
- Propiedades antibacterianas. Algunos estudios han señalado que esta manteca también puede resultar útil para tratar algunos tipos de acné.
- Por último, cabe destacar que se absorbe con facilidad y es apta para pieles grasas.
¿Entiendes ya por qué es un ingrediente tan apreciado en el sector cosmético?
Usos y aplicaciones
Si ya te has rendido a las propiedades del karité, a continuación te contamos qué usos y aplicaciones puedes darle. ¡Toma nota!
Aplicación directa
La manteca de karité pura se puede aplicar directamente en la piel. Basta con coger una pequeña cantidad, colocarla en la palma de la mano y frotar con los dedos para obtener una grasa transparente, cremosa y suave. A continuación, solo tienes que aplicarla en el lugar donde lo necesites.
Puedes usar esta técnica para aliviar las zonas irritadas, rojeces o pequeñas cicatrices. También en las áreas sensibles (nariz, labios, etc.) cuando nos vayamos a exponer al sol o al frío. Para hombres, es una excelente opción para después del afeitado. Si tienes el pelo castigado y seco, el karité puede ayudar a repararlo. Solo tienes que aplicar la manteca de medios a puntas, dejar actuar unos minutos y proceder con tu rutina de lavado. Funciona de igual manera para tratar el cuero cabelludo irritado si lo aplicas en las raíces.
Cosmética casera
Si quieres ir un paso más allá, puedes usar el karité para crear tus propios cosméticos caseros. Cremas faciales y corporales, protector solar, aftersun, bálsamos labiales, manteca de masaje, champús o jabones son algunas de las ideas que puedes poner en práctica.
Gracias a la textura que posee, esta manteca es perfecta para integrarla en diversas preparaciones y conseguir un producto muy untuoso y agradable. De hecho, mucha gente la usa como un emoliente para su propio maquillaje casero, como el caso de las barras de labios.
La ventaja de elaborar tus propios cosméticos reside en que puedes hacerlos a tu medida, atendiendo a tus propias necesidades o a las de tu familia. Además, te aseguras de que los productos que usas son respetuosos con tu piel, ya que son 100 % de origen natural. Si eres una apasionada de la cosmética natural tanto como nosotros, la manteca de karité no puede faltar en tu colección de ingredientes. Esta fuente de antioxidantes es justo lo que necesitas para mantener la hidratación en tu día a día y, como has comprobado, puedes integrarla en muchas preparaciones y cosméticos.
Hacer cosmética natural y casera tiene muchas ventajas: obtener un producto adaptado a ti y a las necesidades de tu piel y cabello, eliminar tóxicos de cosméticos tradicionales e ingredientes innecesarios, conocer cada ingrediente de la fórmula, reducir plásticos y, además, disfrutar de un buen rato potingueando.
Sin embargo, es importante seguir ciertos pasos para que el proceso de elaboración sea seguro y no te cause reacción alérgica o irrite tu piel:
- Desinfecta los utensilios, envase y mesa de trabajo antes de empezar. ¡Se tarda sólo 1 minuto!
- Utiliza guantes, mascarilla y gafas en aquellas elaboraciones que lo requieran.
- Haz una medición de pH de la elaboración final para asegurarte de que está en el rango correcto. Puedes corregirla fácilmente. Sube el pH utilizando un álcali como el bicarbonato. Bájalo con una solución ácida. Por ejemplo unas gotas de ácido láctico o ácido cítrico.
- Hay que probar la elaboración siempre en una zona reducida de la piel para comprobar que no hay ninguna reacción adversa.
- Utiliza los ingredientes en su dosis correcta. La indicamos en todas las páginas de producto. Si tienes dudas sobre alguno, pregúntanos! ♥ No nos hacemos responsables del mal uso de los productos y de la incorrecta dosificación de los mismos en las elaboraciones.