Cómo hacer Aceite de Masaje para Bebés con Sésamo y Manzanilla Ozonizada
Volvemos a #LaPotinguería para traeros una receta apta para todo tipo de piel, incluida la de los bebés: un Aceite de Masaje con Sésamo y Manzanilla Ozonizada.
Este Aceite de Masaje, elaborado por Sara de Sara Sierra Cosmética Natural, es un excelente antiinflamatorio y calmante, que alivia la irritación de la piel.
A pesar de su nombre, no es un aceite exclusivamente dedicado al masaje, pues, puedes usarlo también como aceite nutritivo, para aplicar después de la ducha, en lugar de una crema corporal.
Así pues, veamos rápidamente sus ingredientes destacados:
Por un lado, tenemos el Aceite de Sésamo, caracterizado por su fácil absorción, es un aceite rico en vitaminas y ácido linoleico, siendo así nutritivo y antiinflamatorio.
También usamos el Aceite de Almendras Dulces, un gran emoliente, que suaviza la piel y la regenera. Junto a él, tenemos el Aceite de Caléndula, famoso por su uso en pieles sensibles, al ser muy respetuoso con esta.
Por último, tenemos el Aceite Ozonizado de Manzanilla, un aceite súper antiinflamatorio y calmante, que, junto con el aceite de almendras dulces, facilita la penetración de principios activos.
Fase Única
- 80 g de Aceite de Sésamo Bio Virgen Desodorizado
- 65 g de Aceite de Almendras dulces Virgen
- 40 g de Aceite de Caléndula
- 10 g de Aceite de Manzanilla Ozonizado BIO
Formato Precio Cantidad No hay opciones disponibles de este artículo. - 4 g de Vitamina E Tocoferol conservante
- 1 g de Aceite Esencial de Mandarina Clementina
Omite este aceite esencial si planeas usar este aceite en niños menores de 3 años.
Utensilios y Envases
Elaboración paso a paso para hacer Aceite de Masaje para Bebés
- En un mismo recipiente, mezclamos todos los aceites vegetales. Removemos ligeramente para homogeneizar la mezcla.
- Añadimos la Vitamina E y el Aceite Esencial. Volvemos a remover ligeramente.
- Envasamos y ¡listo!
Componentes destacados del Aceite de Masaje para Bebés
- Aceite de Sésamo Virgen BIO: revitaliza la piel y se aplica en los tratamientos contra la flacidez. Es rico en Vitaminas A, D y E. así como en minerales tales como el calcio, magnesio y fósforo. Contiene también lecitina y proteínas.
- Aceite de Almendras Dulces: destacan sus propiedades emolientes, suavizantes, hidratantes, nutritivas y desinflamantes, por esto suaviza e hidrata la piel y la cara.
- Aceite de Caléndula: mejora la textura de la piel reseca o agrietada, desinflama los tejidos, es cicatrizante, hidrata y da elasticidad a la piel. Recomendamos el aceite vegetal de caléndula para pieles sensibles y propensas a sufrir molestias o tirantez, así como para zonas delicadas o sensibles de la piel.
- Aceite Ozonizado de Manzanilla: recoge todas las propiedades el Aceite de Manzanilla Vegetal para potenciarlas. Funciona con todo tipo de pieles y, como todos los aceites ozonizados, es buenísimo para la renovación celular y cicatrización. Es también antiinflamatorio. Eficaz también contra infecciones cutáneas.
¿Tienes la piel sensible? Te dejamos más recetas para tratarla:
- Receta - Limpiador Facial Sólido para Pieles Sensibles con Avena y Caléndula
- Receta - Crema hidratante casera para piel irritada y sensible con Aceite de Caléndula y Manteca de Karité
- Receta - Champú Sólido Suave Casero para cuero cabelludo sensible de Arcilla Blanca y Neem en polvo
- Receta - Gel de ducha emulsionado para bebés con Coco y Arroz
¿Tienes alguna duda? ¡Déjanosla en los comentarios!
Hacer cosmética natural y casera tiene muchas ventajas: obtener un producto adaptado a ti y a las necesidades de tu piel y cabello, eliminar tóxicos de cosméticos tradicionales e ingredientes innecesarios, conocer cada ingrediente de la fórmula, reducir plásticos y, además, disfrutar de un buen rato potingueando.
Sin embargo, es importante seguir ciertos pasos para que el proceso de elaboración sea seguro y no te cause reacción alérgica o irrite tu piel:
- Desinfecta los utensilios, envase y mesa de trabajo antes de empezar. ¡Se tarda sólo 1 minuto!
- Utiliza guantes, mascarilla y gafas en aquellas elaboraciones que lo requieran.
- Haz una medición de pH de la elaboración final para asegurarte de que está en el rango correcto. Puedes corregirla fácilmente. Sube el pH utilizando un álcali como el bicarbonato. Bájalo con una solución ácida. Por ejemplo unas gotas de ácido láctico o ácido cítrico.
- Hay que probar la elaboración siempre en una zona reducida de la piel para comprobar que no hay ninguna reacción adversa.
- Utiliza los ingredientes en su dosis correcta. La indicamos en todas las páginas de producto. Si tienes dudas sobre alguno, pregúntanos! ♥ No nos hacemos responsables del mal uso de los productos y de la incorrecta dosificación de los mismos en las elaboraciones.