Daños del frío en la piel y cómo protegerla
¿Sabías que la piel es el órgano más grande que tenemos?
Pues además de ser el más grande, también es el más expuesto.
Concretamente, el rostro y las manos son las dos zonas que, de normal, mantenemos al aire libre y reciben la mayor parte del impacto directo de las inclemencias meteorológicas.
Inclemencias como el frío y el viento pueden llegar a secar y agrietar la piel, llegando a provocar heridas en las pieles más sensibles y delicadas.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado a que se debe todo esto?
En este artículo...
El frío provoca una contracción en los capilares de la piel, lo que reduce la afluencia de sangre en la zona. A consecuencia de esto, la zona recibe menos nutrientes y oxígeno, sensibilizándola y dejándola más expuesta. Si a esto le sumamos la falta de humedad y los cambios bruscos de temperatura al pasar de lugares interiores a exteriores, la piel queda completamente vulnerable a rojeces, heridas, grietas y un largo etcétera de problemas.
Si eres una de esas personas a las que el frío les afecta en cantidad, debes de mantener unos mínimos cuidados básicos para garantizar la salud de la piel.
Cuidados de la piel frente al frío
Una vez más, nos enfocamos en la necesidad de una buena alimentación e hidratación para que, externamente, podamos gozar de buena apariencia. Sin embargo, también podemos añadirle algunos medios extra para poder ayudar. Como, por ejemplo, las mantecas corporales.
¿Las has probado alguna vez?
Poseen una textura fundente que se absorbe en la piel, nutriéndola en profundidad y creando un fino manto protector.
Hacer una manteca casera es algo muy sencillo y al alcance de todos, solo necesitamos unos pocos ingredientes y una batidora, preferiblemente con varillas.
Cómo hacer Manteca Corporal casera
Para la realización de esta manteca necesitaremos dos ingredientes, un aceite vegetal y la Manteca de Mango.
El aceite escogido irá acorde a tus preferencias. Desde aquí, te recomendamos el Aceite de Almendras, muy conocido por sus propiedades emolientes, que evitan la pérdida de agua en la piel (evitando así su deshidratación). Además, aporta una gran cantidad de nutrientes a la piel y le aporta bastante suavidad.
Respecto a la Manteca de Mango, resulta otro gran emoliente que no sólo la nutrirá e hidratará, si no que, además, nos creará una pequeña película en la superficie de la piel, encargada de protegerla durante horas. Otra ventaja añadida, es que la Manteca de Mango es cicatrizante de heridas y regenerativa.
Estos dos ingredientes unidos se encargarán de conservar la piel en unas condiciones favorables para evitar la sequedad, grietas y demás problemas cutáneos.
Veamos las cantidades de cada uno y como elaborar nuestra manteca.
Ingredientes
- 50 ml de Aceite de Almendras Dulces
- 50 ml de Manteca de Mango
Elaboración paso a paso
- Llevamos a baño maría la Manteca de Mango hasta que se funda. Una vez así, retiramos de la fuente de calor, le añadimos el Aceite de Almendras Dulces y mezclamos.
- Para poder emulsionar estos dos ingredientes y crear una manteca, vamos a necesitar que su temperatura baje y el uso de una batidora, si tiene varillas será más sencillo.
- Te recomiendo que hagas un baño maría inverso (mismo procedimiento, pero con agua helada) o lleves a la nevera la mezcla unos minutos, hasta que empiece a enfriar.
- Una vez ha cogido un poco de cuerpo la mezcla, es hora de empezar a hacer la emulsión. Para ello, comenzamos a batir bien, como si de una nata montada se tratase, verás que enseguida se vuelve de un color más blanquecino y obtiene la forma que buscamos.
- Si notas que le cuesta coger cuerpo y que no emulsiona con facilidad, puedes volver a llevar la preparación a la nevera para que enfríe un poco más.
- Una vez obtengamos una textura similar a la nata montada, es hora de envasar nuestra preparación y disfrutar de ella.
Puedes aplicarla en la piel tantas veces como necesites, pues se absorbe muy bien y la pequeña película que se crea en la piel no es ni pegajosa ni grasienta.
Te recomendamos un consejo, aplícala siempre antes de salir de casa, para crear un manto protector que impedirá el daño del frío y viento, y antes de irte a dormir, para regenerar las posibles grietas que puedas tener.
Como complemento, es aconsejable usar guantes para ir a la calle, siempre poniéndotelos antes de salir, para evitar que el frío toque nuestras manos (además, mantendremos el calor corporal durante más tiempo).
Por supuesto, puedes aplicar la manteca en cualquier parte del cuerpo, ¡incluso en el cabello!
Depende donde la apliques, verás que la piel te pide más o menos cantidad, tendrás que ajustar a tu necesidad pues, no todas las zonas de nuestro cuerpo tienen la misma hidratación y algunas requieren de más cuidados.
Y esto es todo por hoy, ¿alguna vez has usado una manteca en tu piel o esta es tu primera vez? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Hacer cosmética natural y casera tiene muchas ventajas: obtener un producto adaptado a ti y a las necesidades de tu piel y cabello, eliminar tóxicos de cosméticos tradicionales e ingredientes innecesarios, conocer cada ingrediente de la fórmula, reducir plásticos y, además, disfrutar de un buen rato potingueando.
Sin embargo, es importante seguir ciertos pasos para que el proceso de elaboración sea seguro y no te cause reacción alérgica o irrite tu piel:
- Desinfecta los utensilios, envase y mesa de trabajo antes de empezar. ¡Se tarda sólo 1 minuto!
- Utiliza guantes, mascarilla y gafas en aquellas elaboraciones que lo requieran.
- Haz una medición de pH de la elaboración final para asegurarte de que está en el rango correcto. Puedes corregirla fácilmente. Sube el pH utilizando un álcali como el bicarbonato. Bájalo con una solución ácida. Por ejemplo unas gotas de ácido láctico o ácido cítrico.
- Hay que probar la elaboración siempre en una zona reducida de la piel para comprobar que no hay ninguna reacción adversa.
- Utiliza los ingredientes en su dosis correcta. La indicamos en todas las páginas de producto. Si tienes dudas sobre alguno, pregúntanos! ♥ No nos hacemos responsables del mal uso de los productos y de la incorrecta dosificación de los mismos en las elaboraciones.